Si hay algo que nos encanta de nuestro trabajo es ver a nuestros clientes disfrutar. Invertimos todos nuestros conocimientos y nuestra experiencia y ponemos el máximo cariño en el diseño de las actividades para que esto suceda.
Pero hay un ingrediente indispensable que no está en nuestras manos: las ganas de pasarlo bien de nuestros invitados.
Hace pocos días recibíamos a 56 comerciales de España e Italia de una prestigiosa empresa de fotografía que participaban en un viaje de incentivo con que la firma reconocía su labor en la consecución de objetivos.
Formentera, nuestra aliada
El destino elegido en esta ocasión fue Formentera, la más pequeña de las islas habitadas de Baleares. Disponíamos de un breve fin de semana y queríamos que nuestros invitados se llevaran el mejor recuerdo de su paso por esta pequeña isla de marcado carácter y exuberante biodiversidad.
Para la recepción del viernes organizamos una cena privada en flipper & chiller. La combinación de una exquisita cocina mediterránea y la belleza del atardecer desde su privilegiado enclave nos ayudaron a darles la mejor bienvenida.
La apretada agenda del sábado dio inicio con una salida en bicicleta acompañados de guías. La meta: cala Saona —una pequeña bahía de la costa oeste de la isla— protegida por pequeños acantilados. La belleza de su paisaje y sus aguas cristalinas se convirtieron rápidamente en motivo de infinidad de fotografías y escenario de baños de mediterráneo para recuperar el aliento.
En cala Saona nos esperaba el catamarán que nos trasladaría a S’Espalmador, una pequeña isla a la que accedimos después de desembarcar en lanchas. Allí nos esperaba un sabroso almuerzo en Kiosco el Pirata, un pequeño restaurante situado en Ses Illetes
La fusión de culturas, nuestra apuesta
Tal y como indicamos al inicio de este artículo, las ganas de disfrutar y pasarlo bien no podemos ponerlas nosotras, pero los integrantes de este grupo aportaron eso y mucho más a todas nuestras propuestas, haciendo que el fin de semana saliera redondo.
Así que no se nos ocurrió mejor manera de despedirlos que organizar una fiesta “Namasté” en su honor. Namasté es una bella palabra que proviene del sánscrito y que se utiliza en la India tanto para saludar o despedirse como para dar las gracias.
Es molí de sal, —un restaurante situado en un antiguo molino perteneciente a la vieja industria salinera de Formentera— fue el escenario elegido para esta cena-espectáculo de despedida. Contábamos con la belleza y la solera del local, sus vistas privilegiadas y una suculenta selección de lo mejor gastronomía ofiusina. Para acabar de redondear la velada, añadimos al cóctel una ambientación oriental, músicas exóticas y danzas orientales.
Sin duda las vivencias y los sabores de Formentera permanecerán en las memorias de nuestros invitados de la misma manera que nosotras recordaremos su entusiasmo y su buen humor.
Y hasta aquí el relato de un intenso fin de semana. Si deseas que te ampliemos alguna información, quieres proponernos algún tema para futuros posts, o bien, quieres contarnos tu experiencia, te invitamos a dejarnos un comentario.