Recorrer Ibiza aporta al visitante una auténtica sobredosis de sensaciones. La belleza y la exuberancia de sus paisajes combinadas con su exquisita gastronomía y su variopinta cultura bien podrían protagonizar una revisión del síndrome de Stendhal descrito en el año 1979 por la psiquiatra italiana Graziella Magherini.
Nos encanta nuestro territorio y, además, sabemos que es nuestro aliado estratégico para conseguir el éxito en las actividades que organizamos. Eso sí, como somos inquietas y muy, muy exigentes, siempre andamos explorando nuevas maneras de dar a nuestros clientes ese toque de originalidad y de distinción que harán que abandonen la isla con un montón de buenos recuerdos instalados en sus memorias. Para conseguirlo, nos gusta combinar una fórmula que llegue a nuestros visitantes a través de los cinco sentidos y que, además, lo haga de una manera original, que los aleje de los tours a los que pueden acceder desde cualquier rincón de la isla.
En esta ocasión, os contamos una original manera de conocer un pedacito de Ibiza que ha hecho las delicias de muchos de nuestros clientes. Se trata de una ruta de un día a bordo de un Citroën Mehari.
Citroën Mehari, vehículo hippie oficial
El legendario vehículo concebido dentro de la denominada línea FAF (Facile à fabriquer, facile à financer) —del cual se fabricaron poco menos de 150.000 unidades en Europa entre los años 1968 i 1987— parece pensado para recorrer la costa y los pueblos de nuestra isla. Su motor dos caballos y su ligera carrocería de fibra de atrevidos colores pop le confieren ese toque hippie que tan bien combina con el ambiente ibicenco.
Son las 9.30 h de la mañana. El punto de partida es la Playa d’En Bossa que, con sus casi 3 km., es la más larga de la Isla. Allí recibimos a nuestros visitantes y los acomodamos en la que será su “montura” para este día, un flamante Citroën Mehari en el que el sol y la brisa los acompañarán mientras descubren los parajes que esconde la ruta que les hemos preparado.
Primera parada, Ses portes del cel
Después de un recorrido de poco más de media hora, llegamos a la primera parada de la jornada. Se trata de Ses portes del cel, el acantilado más inspirador de Ibiza que nos ofrece una de las mejores panorámicas de la Isla. Es el momento de intentar capturar con nuestras cámaras y móviles este regalo la naturaleza.
Sant Mateu d’Albarca, historia y calma
Con las retinas llenas de mar reemprendemos la ruta. Nos alejamos de las zonas más turísticas para adentrarnos en un paisaje de tierra rojiza cubierta de vides. Estamos en El Pla d’Albarca, una zona de tradición vitivinícola centenaria. Visitamos Sant Mateu d’Albarca un pueblecito cargado de historia y que, al no estar sometido a la presión del turismo masivo, nos permite disfrutar de sus calles o de su iglesia datada en el siglo XVII.
Los bocadillos más famosos de Ibiza
Tanta belleza nos abre el apetito. Es el momento de disfrutar de un pequeño tentempié en el bar de bocadillos más famoso de Ibiza. El bar Costa nos ayuda a reponer fuerzas en su terraza frente a la iglesia de Santa Gertrudis.
Con el estómago lleno, recorremos las dos horas que nos separan de nuestra próxima parada disfrutando de las vistas y del ronroneo del motor dos caballos de nuestro Mehari.
Llegamos a Sant Llorenç de Balàfia dispuestos a seguir disfrutando de la gastronomía. Esta vez impregnados del aroma del azahar en un jardín de naranjos. Estamos en el La Paloma Café un romántico lugar de cocina fusión donde disfrutamos de platos que combinan la sencillez y el sabor con maestría.
Viaje al epicentro del movimiento hippie
Ibiza se convirtió en los años 30 en el plácido refugio de artistas europeos de vanguardia que huían de regímenes autoritarios. En aquel momento empezaba a gestarse el movimiento hippie que, de manera natural, echó sus raíces en la isla.
Nuestra ruta no podía acabar si una parada en el que fuera el epicentro del movimiento en la isla: Sant Carles de Peralta. Disfrutamos de la pintoresca historia de este pueblecito mientras tomamos un café —o un chupito del licor de hierbas más famoso de la isla— en Ca n’Anneta.
El broche de oro a este intenso día lo pone un paseo y unas compras por el mítico mercadillo hippie de Las Dalias.
Regresamos al punto de partida cargados de la buena onda que hemos ido recogiendo a lo largo de esta intensa jornada.
Y hasta aquí el relato de nuestra propuesta. Si deseas que te ampliemos alguna información, quieres proponernos algún tema para futuros posts, o bien, quieres contarnos tu experiencia, te invitamos a dejarnos un comentario.