Formentera — la hermana pequeña de las Islas Baleares (83Km2) — forma parte del archipiélago de Les Pitiüses. Su exuberante biodiversidad, sus aguas turquesas y su tradición artesana invitan a bajar el ritmo, a desconectar de los sonidos del día a día.
Descubriendo la isla
Una de las mejores maneras de descubrir la isla es sobre una bicicleta. Su topografía amable invita a cualquiera a recorrerla sobre dos ruedas sin necesidad de tener una gran preparación. Se trata de pasear a un ritmo que nos permita disfrutar de la brisa del mar y la cálida caricia del sol mientras dejamos que los sonidos, los aromas y, sobre todo, los paisajes invadan nuestros sentidos.
Este paseo — de una hora y media de duración, aproximadamente — es nuestra forma preferida dar a conocer Formentera a nuestros clientes.
En manos de profesionales
Contamos con los mejores guías locales que comparten con los participantes los caminos más insólitos i desconocidos de la isla donde descubrirán cuevas secretas, torres de defensa, la flora autóctona de la zona y gran cantidad de curiosidades que no aparecen en las guías.
A media excursión, ofrecemos a nuestros entregados ciclistas un merecido refrigerio en Cala Saona, una de las playas más bonitas de la isla. Allí, además de disfrutar de la belleza natural de la panorámica, recuperarán fuerzas con un refresco o una cerveza bien fría.
La llegada a Sant Francesc — capital de la isla — con sus pequeñas calles y sus tiendas y puestos de artesanos hará las delicias tanto de los más curiosos como de aquellos que quieran comprar un suvenir “fet a mà”.
¿Hora de comer? Nuestros guías los acompañaran a la meta. Disfrutarán de una paella a pie de playa en Ses Illetes, la segunda mejor playa de España y la sexta de Europa según los Traveller Choice Awards 2017. La comida será amenizada por el sol, el relax i la música de nuestro DJ.
El regreso a Ibiza a bordo de nuestro catamarán — acompañados de nuevo de música — hace más llevadera la despedida de un día y un lugar que, sin duda, llenará de recuerdos y sensaciones la memoria de nuestros invitados.
Una vez en el hotel, una ducha y un ratito de descanso antes de disfrutar de una espectacular puesta de sol.